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07 diciembre 2007 La convergencia como coartada
Es la palabra de moda en el periodismo: convergencia. No hay foro profesional o seminario que no hable últimamente de este asunto. Sin embargo, su significado es bien distinto según quién la emplee. Para los propietarios de empresas periodísticas, el término alude apenas a una nueva forma de organizar las redacciones y de acumular responsabilidades profesionales en las espaldas de los periodistas. Para otros, entre los que me cuento, el concepto de convergencia es mucho más amplio y diverso, pero mi texto no va hoy de eso. Ya habrá ocasión para ello. En realidad, escribo movido por la lectura del informe que acaba de hacer público el Sindicato de Periodistas del Reino Unido (National Union of Journalists, NUJ). En este documento, titulado Shaping the Future, se resumen los datos de los cuestionarios remitidos a todas sus secciones sindicales, así como los resultados de diversas entrevistas en profundidad realizadas entre periodistas de 15 importantes empresas periodísticas británicas durante el pasado verano. El informe analiza la condiciones de trabajo de los periodistas así como la forma en la que éstos están asimilando los procesos de convergencia en esas empresas. ¿Resultados? Muchos y muy jugosos. Vale la pena echar un vistazo a las numerosas tablas y cuadros. Ahora bien, de todos esos datos se extrae una preocupante conclusión principal: los periodistas comienzan a percibir que todo el esfuerzo de la convergencia se está haciendo a su costa, haciendo recaer en ellos la necesidad de ser más polivalentes, mientras que las empresas apenas ponen de su parte. Las empresas, dicen los periodistas británicos, no están ofreciendo formación especializada a la altura de lo que exige la nueva configuración convergente de los medios. Ni siquiera están mejorando los recursos, no ya los humanos, sino incluso los tecnológicos. El objetivo de las empresas es bien simple: maximizar la productividad. Por eso, no es raro que los periodistas hayan comenzado a pensar que las empresas están empleando el mantra de la convergencia como simple coartada. Por desgracia, las palabras que escribí hace unos meses comienzan a tener fundamento. Pienso que la convergencia es una oportunidad para renovar el periodismo y actualizarlo a las demandas del público del siglo XXI. Sin embargo, una interpretación rácana de la convergencia, ésa que parece comenzar a imponerse en el Reino Unido, puede dar al traste con esta esperanza para los medios. Los procesos de convergencia están apenas comenzando. Aún estamos a tiempo de orientar los cambios en la buena dirección. Etiquetas: convergencia, reflexiones
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